La Recogida Selectiva Móvil alivia la presión que sufre el centro histórico de Palma, conocido por sus valores patrimoniales. Esta presión, debida a la alta afluencia turística, agrava uno de los problemas tradicionales de la ciudad: la falta de limpieza. Por ello, la empresa pública EMAYA ha impulsado un nuevo sistema de recogida selectiva de residuos adaptado a su situación específica: una gran actividad comercial, calles estrechas y mucha presencia humana. Se trata de un sistema de 75 plataformas movidas por pequeños vehículos eléctricos que se colocan diariamente por la tarde para que los vecinos puedan depositar sus residuos, y que se retiran por la noche.

El sistema se ha puesto en funcionamiento después de un proceso de participación ciudadana llevado a cabo entre octubre de 2015 y febrero de 2016 mediante el cual las asociaciones vecinales, de comerciantes y ecologistas, así como la ciudadanía en general, han contribuido a definir el sistema de recogida.

Los objetivos de este sistema son: asegurar el reciclaje de todas las fracciones de residuos, minimizar el impacto visual de los contenedores sobre el patrimonio y reducir las molestias (ruido y contaminación) provocadas por los camiones. Incluye además fracciones pormenorizadas según sean residuos orgánicos, aceite de cocina, pañales y compresas, rechazo, envases ligeros, vidrio o papel y cartones.

La primera fase empezó en mayo de 2017 en los barrios de La Calatrava, Montision y el Sindicat, acompañada de una intensa campaña de educación ambiental. Durante los primeros seis meses de funcionamiento las cifras de reciclaje en el centro llegaron al 72%, con un 39% de materia orgánica (esta fracción nunca se había implantado en Palma), mientras que en el conjunto de la ciudad las cifras de reciclaje rondan el 22%. Entre marzo y abril 2018, la segunda fase incorporó los barrios de La Seu, Cort, Sant Nicolau, Llotja-Born, Puig de Sant Pere y Sant Jaume.