En Santiago de Compostela, el sistema de grúa y de Ordenación y Regulación del Aparcamiento (ORA) estaban gestionados durante 20 años por la misma empresa privada. La última concesión fue adjudicada en 2012 y posteriormente anulada en noviembre del 2015 mediante sentencia judicial. A partir de ese momento el gobierno local decide estudiar la posibilidad de gestionar directamente el servicio a través de la empresa municipal de transportes urbanos de Santiago (TUSSA).

Para ello, encargó a TUSSA un estudio sobre la viabilidad de la propuesta y, una vez demostrada la viabilidad, se organizó una comisión político-técnica que construyó una memoria que fue aprobada en el pleno. Dos años y medio más tarde, el proceso finalmente ha culminado con la toma de posesión por parte del Ayuntamiento de los bienes adscritos al contrato así como la subrogación de sus 36 trabajadores. El Ayuntamiento ha utilizado la empresa pública TUSSA como medio propio para gestionar el servicio, los trabajadores quedan bajo la figura de fijos a extinguir, prevaleciendo el derecho a la subrogación de sus puestos de trabajo -en el caso de sucesión de empresas- frente a otras normativas de índole economicista.

Las trabas y oposiciones durante este largo período de tiempo han sido de todas las naturalezas posibles: políticas, mediáticas, empresariales e incluso internas de la misma institución. Por el contrario, el proceso ha contado siempre con el respaldo de la plantilla de trabajadores y de las centrales sindicales que los representan.

Además de la evidente demostración de la posibilidad de recuperar para lo público un servicio fundamental para la ciudad, se abre ahora una oportunidad para el Ayuntamiento de realizar una gestión global y conjunta de la movilidad en Santiago.