Entre los contratos envenenados incapaces de asegurar el mantenimiento de calidad de los servicios públicos, el gobierno de Ahora Madrid se encontró con BiciMad, el servicio de bicicletas eléctricas de la ciudad.

Esta historia de mal gobierno empieza cuando el gobierno anterior sacó a concurso el servicio, a pesar de que los primeros informes de la propia EMT que recomendaban que el servicio de bicicleta eléctrica se hiciera desde el inicio con gestión directa. La empresa Bonopark consiguió la adjudicación con una bajada del 25% sobre el precio del concurso, ya de por sí insuficiente para mantener la calidad. Desde el primer día se pudo comprobar que BiciMAD no funcionaba correctamente y la empresa comienza a incurrir en gastos no previstos: el sistema funcionaba de forma deficiente y se tuvieron que ir implementando mejoras que no conseguían sacar a flote el servicio hasta que en octubre de 2016 el servicio de BiciMAD pasa a ser gestionado, muy adecuadamente, por la Empresa Municipal de Transporte.

Esta desprivatización se ha realizado a través de una dura negociación entre Bonopark y EMT para conseguir una cesión de contrato. Es una municipalización, porque la gestión directa se realiza a través de la empresa municipal, que ha asumido tanto plantilla laboral al completo, como los llamados “intangibles”, es decir, aquellos elementos que pertenece en propiedad a Bonopark y que sin acuerdo hubiese supuesto el desmantelamiento completo del sistema, despidos y comenzar desde 0 a implementar el servicio de bicicletas.

Desde que la EMT gestiona BiciMad, han mejorado sustancialmente todos los indicadores, lo que se refleja claramente en una disminución de casi el 80% de las sugerencias y reclamaciones, y en la actualidad está en proceso de ampliación.

Con esta cesión de contrato, que era la opción más económica y segura, se ha asegurado la continuidad del sistema, en peligro debido a los derechos de patente. La EMT ha sabido mantener un servicio con futuro en la movilidad de la ciudad, mejorado su calidad.